El Parque Natural de Arribes del Duero es un espacio natural protegido del noroeste de la provincia de Salamanca y el sudoeste de la provincia de Zamora. Arribes es el vocablo leonés, que significa a la orilla, utilizado para denominar la geomorfología que presentan los ríos Águeda, Duero, Esla, Huebra, Tormes y Uces en este territorio. Ésta se caracteriza por una zona de depresión y otra de penillanura, fruto de una larga evolución de millones de años, que ha dado lugar con el tiempo al inmenso cañón de paredes, casi verticales, que conforman los arribes, llegando a existir desniveles de más de 400 metros. La Junta de Castilla y León incorporó este territorio a su red de parques naturales el 11 de abril de 2002 y Portugal el 11 de mayo de 1998, bajo el nombre de Parque Natural del Duero Internacional. Los dos parques suman una superficie de 191.255 hectáreas, lo que convierte a esta zona en una de las áreas protegidas más grandes de Europa
Dada su orografía, los grandes desniveles, el alto caudal del Duero y los numerosos ríos que en él desembocan, convierten a esta zona en uno de los puntos de mayor potencial hidroeléctrico de toda la Península Ibérica. Por ello, se fueron construyendo una red de presas y embalses, entre ellas las españolas de Aldeadávila, Almendra, Castro, Ricobayo, Saucelle, Villalcampo y las portuguesas de Bemposta, Miranda y Picote. Su peculiaridad orográfica da lugar a dos climas. En las zonas de valle se puede disfrutar de un microclima mediterráneo que suaviza las temperaturas, mientras que en las zonas de penillanura, un clima continental, donde los inviernos son más fríos y acusados.
Dada su orografía, los grandes desniveles, el alto caudal del Duero y los numerosos ríos que en él desembocan, convierten a esta zona en uno de los puntos de mayor potencial hidroeléctrico de toda la Península Ibérica. Por ello, se fueron construyendo una red de presas y embalses, entre ellas las españolas de Aldeadávila, Almendra, Castro, Ricobayo, Saucelle, Villalcampo y las portuguesas de Bemposta, Miranda y Picote. Su peculiaridad orográfica da lugar a dos climas. En las zonas de valle se puede disfrutar de un microclima mediterráneo que suaviza las temperaturas, mientras que en las zonas de penillanura, un clima continental, donde los inviernos son más fríos y acusados.
La singularidad del clima junto con la peculiaridad de la orografía, favorecen la existencia de un ecosistema natural de singular belleza. En esta demarcación habitan unas 200 especies de aves. Destaca el elevado número de aves, la cigüeña negra es el ave más emblemática, junto a ella, las grandes rapaces; el buitre leonado, el alimoche, el búho real, el águila real, el águila perdicera, el milano real, el halcón peregrino… En 1990 las arribes fueron declaradas Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA)
Nuestra marcha comienza en Vilvestre, partiremos de la plaza del pueblo junto al juego de pelota y el Rollo de Justicia, conocido popularmente como “La Cruz”. Saldremos del pueblo por la calle Hondovilla dejando a nuestra izquierda las antiguas eras. Caminaremos entre cortinas salpicadas de almendros y olivos hacia el caño del Sierro, por el paraje llamado “de la Rolanova”. Abandonaremos el camino por una calleja que sale a la izquierda, siempre rodeados de encinas centenarias, enebros, corrales y muros de piedra, para llegar al “Molino de la tía Luisa”, antiguo molino que dejó de funcionar en los años sesenta.
Cruzaremos el arroyo y, tras un corto ascenso por una pronunciada senda, tomaremos la pista del llano de la Nava, para llegar al Monte Gudín (604 m), finca comunitaria de unas 1300 hectáreas que antiguamente era guardada por cabreros. Veremos “la casa del cabrero” y los antiguos corrales y chiviteras. Seguiremos pista abajo por un entorno de especial belleza, flanqueado de alcornoques centenarios y pequeños bosquetes de enebros. Pasaremos por la casa del Picón, justo debajo del Picón Alto (495 m). En este punto se abandona la pista para continuar por una senda, al principio un poco marcada pero que desaparece a medida que avanzamos. Nos encontraremos un mirador del Duero desde donde podremos apreciar la vertiente portuguesa con sus vegas jalonadas de naranjos y limoneros, así como el muelle Fluvial de Mazouco.
Continuaremos por la ladera del Picón Alto a través de sendas intransitables perdidas entre la maleza, zarzas y escobas. Pasaremos el Barranco de Milredondo, paraje espectacular, rodeado de monolitos de formas imposibles y entraremos en la zona llamada “Las Panderas” donde destaca el Picón de la Morena (543 m). En este tramo deberemos estar atentos, necesario el GPS ya que al no existir senda es muy fácil perderse. A medida que avanzamos, el sendero se hace más claro, hasta llegar a la Casa de los Cabreros, lugar de gran belleza que acoge el mayor almezal de Europa, tomaremos el camino de las Aceñas de la Pandera, que nos conducirá en unas dos horas a Mieza. Antes, hemos de pasar por la Ermita de San Amaro, situada en una zona más abierta dominada por pastos, encinas y alcornoques, conocida como El Alcornocal. El camino se hace cada vez más cómodo y, tras pasar la Playa de los Ladrones y la Fuente del Valle, llegaremos a Mieza.
Saldremos de Mieza por el GR14 con dirección hacia dos de los miradores más impresionantes de todo el Parque Natural, el Mirador de La Code y el Mirador del Colagón del Tío Paco. Una vez realizada la visita a los miradores, retomaremos el GR 14 que nos llevará a través de la ladera del Reventón, al Poblado del Salto de Aldeadávila. Se trata de un tramo espectacular en el que se salva un fuerte y pronunciado descenso (504 m) por una vereda que discurre entre bancales plagados de olivos y encinas. Finalmente, el sendero nos lleva a través de frutales, olivos, naranjos y limoneros, al arroyo del Ropinal que cruzaremos por un puente de madera para llegar al Poblado del Salto de Aldeadávila (también conocido como La Verde o Santa Marina). Éste fue levantado por Iberdrola para dar cobijo a las familias de los obreros que construyeron la presa. Se estableció en el lugar donde se situaba el Convento de La Verde, un antiguo monasterio franciscano fundado en 1270 y que se abandonó tras la desamortización de Mendizábal en 1834.
Ruta realizada por el Grupo de Senderismo la Facendera ( Salamanca )
Fotos de la Salida.
https://goo.gl/photos/MLvcUn2vNvqDQKgR7
Nuestra marcha comienza en Vilvestre, partiremos de la plaza del pueblo junto al juego de pelota y el Rollo de Justicia, conocido popularmente como “La Cruz”. Saldremos del pueblo por la calle Hondovilla dejando a nuestra izquierda las antiguas eras. Caminaremos entre cortinas salpicadas de almendros y olivos hacia el caño del Sierro, por el paraje llamado “de la Rolanova”. Abandonaremos el camino por una calleja que sale a la izquierda, siempre rodeados de encinas centenarias, enebros, corrales y muros de piedra, para llegar al “Molino de la tía Luisa”, antiguo molino que dejó de funcionar en los años sesenta.
Cruzaremos el arroyo y, tras un corto ascenso por una pronunciada senda, tomaremos la pista del llano de la Nava, para llegar al Monte Gudín (604 m), finca comunitaria de unas 1300 hectáreas que antiguamente era guardada por cabreros. Veremos “la casa del cabrero” y los antiguos corrales y chiviteras. Seguiremos pista abajo por un entorno de especial belleza, flanqueado de alcornoques centenarios y pequeños bosquetes de enebros. Pasaremos por la casa del Picón, justo debajo del Picón Alto (495 m). En este punto se abandona la pista para continuar por una senda, al principio un poco marcada pero que desaparece a medida que avanzamos. Nos encontraremos un mirador del Duero desde donde podremos apreciar la vertiente portuguesa con sus vegas jalonadas de naranjos y limoneros, así como el muelle Fluvial de Mazouco.
Continuaremos por la ladera del Picón Alto a través de sendas intransitables perdidas entre la maleza, zarzas y escobas. Pasaremos el Barranco de Milredondo, paraje espectacular, rodeado de monolitos de formas imposibles y entraremos en la zona llamada “Las Panderas” donde destaca el Picón de la Morena (543 m). En este tramo deberemos estar atentos, necesario el GPS ya que al no existir senda es muy fácil perderse. A medida que avanzamos, el sendero se hace más claro, hasta llegar a la Casa de los Cabreros, lugar de gran belleza que acoge el mayor almezal de Europa, tomaremos el camino de las Aceñas de la Pandera, que nos conducirá en unas dos horas a Mieza. Antes, hemos de pasar por la Ermita de San Amaro, situada en una zona más abierta dominada por pastos, encinas y alcornoques, conocida como El Alcornocal. El camino se hace cada vez más cómodo y, tras pasar la Playa de los Ladrones y la Fuente del Valle, llegaremos a Mieza.
Saldremos de Mieza por el GR14 con dirección hacia dos de los miradores más impresionantes de todo el Parque Natural, el Mirador de La Code y el Mirador del Colagón del Tío Paco. Una vez realizada la visita a los miradores, retomaremos el GR 14 que nos llevará a través de la ladera del Reventón, al Poblado del Salto de Aldeadávila. Se trata de un tramo espectacular en el que se salva un fuerte y pronunciado descenso (504 m) por una vereda que discurre entre bancales plagados de olivos y encinas. Finalmente, el sendero nos lleva a través de frutales, olivos, naranjos y limoneros, al arroyo del Ropinal que cruzaremos por un puente de madera para llegar al Poblado del Salto de Aldeadávila (también conocido como La Verde o Santa Marina). Éste fue levantado por Iberdrola para dar cobijo a las familias de los obreros que construyeron la presa. Se estableció en el lugar donde se situaba el Convento de La Verde, un antiguo monasterio franciscano fundado en 1270 y que se abandonó tras la desamortización de Mendizábal en 1834.
Ruta realizada por el Grupo de Senderismo la Facendera ( Salamanca )
Fotos de la Salida.
https://goo.gl/photos/MLvcUn2vNvqDQKgR7
Video de la Ruta:
Salamanca tiene lugares de una gran belleza. Con tu permiso comparto. Saludos.
ResponderEliminarEstupendo comentario y vistas te felicito.- José Herrero Perez
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