El río Duratón discurre durante 27 km encajonado en el cañón que ha excavado en el sustrato calizo. En el último tercio de este recorrido traza cerrados meandros que reafirman la excavación propiamente dicha. Las paredes, que alcanzan los 100 metros de altura en algunos puntos (en algunas publicaciones aparece la cifra de 70), sirven de lugar de nidificación a muchas especies de aves, pero la relevancia fundamental se la llevan los buitres leonados que se han convertido en uno de los principales atractivos del parque. La colonia de buitres leonados establecida en el área protegida está considerada como la mayor de Europa, tanto por su número, 575 parejas censadas, como por su nivel reproductivo.
El Paisaje principal. de las Hoces del Duratón está dominado por la roca caliza originada en la Era Secundaria, hace 140 millones de años, por la acumulación de sedimentos en el lecho del antiguo mar que por aquel entonces inundaba toda la actual península Ibérica, hace aproximadamente unos 50 millones de años, los movimientos de las placas tectónicas hicieron que dicho mar emergiera, dando lugar a la actual península y a las montañas que conocemos en la actualidad, los Alpes, los Pirineos, etc.
Dentro del parque natural hay varios monumentos de interés. Destacan la ermita de San Frutos,
que se sitúa en un espolón rocoso sobre una de las hoces, y el monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles en el fondo del cañón. También son relevantes las ruinas de la ermita visigótica de San Julián, excavada en la roca, y la cueva de los Siete Altares
La ruta que vamos hacer es circular, con salida y llegada al pueblo de Sepúlveda, donde recorreremos parte del cañón, para luego salirnos por la parte alta del cañón, y volver de nuevo a nuestro punto de partida Sepúlveda. La salida comienza en la misma Iglesia Nuestra Señora de la Peña, que se encuentra en la parte superior del pueblo de Sepúlveda. A partir de aquí y volviendo de nuevo a cruzar el puente de hormigón, nuestra senda seguirá el curso de las aguas del Duratón en dirección a otro puente, el que cruza el río en dirección a Villaseca y Sebúlcor.
En este tramo de unos 12 km aproximadamente, el río viaja aprisionado por paredes rojizas, verticales, cuya altura en algunos tramos llega a superar los 80 metros y acompañado por un bosque de ribera en la mayor parte de su recorrido donde destacan por su número los chopos. Estos durante este otoño, nos regalaran una de las postales más hermosas de este espacio natural: el cambio de tonalidad de las hojas convierten el fondo del cañón en una explosión de colores donde el amarillo domina sobre los tonos rojizos en ciertos tramos las partes altas del cañón. No es raro encontrar en las laderas más soleadas plantaciones de almendros que al igual que los nogales fueron aquí plantados gracias a las bondades del microclima en el fondo del cañón.
Una ruta circular, fácil, y muy bonita para hacer, especialmente en el otoño por el colorido del cañón.
Tracks de la Ruta:
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